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jueves, 21 de julio de 2011

Ir y venir al trabajo, cada vez más caro

Los precios de los servicios de transporte privados se elevaron hasta alrededor del 40% en el último año; los aumentos son progresivos pero constantes.

Mientras millones de argentinos disfrutan de los subsidios que el Estado vuelca sobre el transporte público de tarifas reguladas, otros tantos, que realizan viajes más largos a diario para llegar hasta la Capital, soportan aumentos en los servicios privados que forman parte de su rutina.
Los precios de charters y colectivos de media distancia no son una excepción a la regla en un contexto de alzas generalizadas en el que, además, el combustible se expende a cuentagotas, situación que también impacta sobre los costos.
Los incrementos generados por estos inconvenientes, sumados a la mejora salarial de los trabajadores, la mano de obra en los talleres y la suba de los repuestos, argumentaron los consultados por lanacion.com , no les dejaron opción: para mantener el margen de rentabilidad, hubo que subir las tarifas de los viajes.
Eso impactó de llenó en los bolsillos de quienes se movilizan desde y hacia distintos puntos del territorio bonaerense. En el último año, las subas que tuvieron que afrontar se acercan al 40%.
Por ejemplo, la empresa Transporte del Plata, que va de San Isidro al Centro porteño elevó el costo del pasaje hace algunos meses hasta los 25 pesos, desde los $ 20. El alza del viaje ocasional es parte de la carrera entre costos y tarifas que aplican desde hace tiempo. Hace un año, los pasajeros de esa empresa -que se mueve a tono con el mercado- pagaban 350 pesos por un abono mensual por ir y venir en días hábiles. Ahora, informaron en la empresa, tienen que desembolsar unos $ 480 por el mismo servicio; un 37% más. El próximo aumento, comentó el encargado a lanacion.com , se aplicará en unos meses. "Cada vez que aumentamos precios baja alrededor de un 15% la cantidad de pasajeros. Pero venimos ajustando de acuerdo con la inflación del mercado", comentó el empleado.
En Delbajo Charters, que surca el camino entre la Capital y San Fernando, los precios se elevaron un 4,6% hace dos meses. El abono mensual alcanzó los 450 pesos, 60 por encima de lo que costaba hace un año. Sin embargo, la suba no alcanzó para mantener la actividad tal como la desarrollaban entonces: "Tuvimos que disminuir las frecuencias, porque ya no nos da para hacer vueltas con asientos vacíos. Sino, esto no rinde", contó Analía Dallanegra, socia de la empresa de combis. Los 13 viajes diarios se redujeron a la mitad.
Con una docena de camionetas, Kombys del Oeste une Ituzaingó con el microcentro. Los que viajan de lunes a viernes cada día del mes, desembolsan un total de 530 pesos, una cifra distanciada por 20 puntos porcentuales de los 440 que pagaban desde mediados del año pasado.
En el relevamiento realizado, no hay excepciones. Los ejemplos de alzas abundan hacia cualquier localidad cercana a la Capital. Otro caso es el de Vans Tour, una conexión entre Berazategui, Quilmes y la ciudad de Buenos Aires. La mitad de año fue el momento elegido: el boleto pasó de 12 a 14 pesos. Según la explicación del encargado, el traslado del aumento de costos al alza para los viajeros no es total. "Se intenta subir lo mínimo. Tratamos de aguantar, pero llega un punto en el que no se puede más", señaló el trabajador de la empresa que aplicó la misma estrategia en sus viajes a Tigre. En ese tramo, el pasaje subió 11% en mayo.
Otros servicios, también encarecidos. El escenario de subas también se da en líneas de colectivos de media distancia, como Chevalier o Costera Metropolitana, de La Nueva Metropol. Un usuario del servicio a Zárate de la primera contó a este medio cómo escaló el pasaje en los últimos 12 meses: "A mediados de 2010 pagaba 16 pesos, después pasó a $18 y desde hace unos meses pago 20 pesos". En otras palabras, en poco tiempo, el costo que afronta a diario trepó un 25%.
El último ajuste de Costera, un clásico de la ruta Buenos Aires - La Plata fue el 11 de julio. El anuncio plasmado en un papel en los colectivos no resultó novedoso; lo mismo había ocurrido hace menos de seis meses. De a un peso, el precio por subir a una de las unidades que viaja por la autopista subió 18% en un año.



Por Luján Scarpinelli
De la redacción de lanacion.com
mscarpinelli@lanacion.com.ar @lujanscarpi


martes, 5 de julio de 2011

Asistente Técnico Comercial para Gualeguaychú

Importante Industria Química  Multinacional fabricante de productos para la construcción abre su búsqueda para ATC.

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viernes, 1 de julio de 2011

Largan todo, hartos de la ciudad


El testimonio de Mariana Richiarte, que abandonó Buenos Aires para instalarse en los Esteros del Iberá; las razones de este fenómeno, según un experto.

Por Verónica Dema y Mauricio Giambartolomei

De la Redacción de lanacion.com 
Las últimas lanchas con turistas dejaron de salir hace minutos. El sol ya está cayendo y cuando desaparece la luz natural los animales que habitan la laguna Iberá ocupan sus madrigueras. Desde el muelle, a metros del lago, se ve el atardecer y, el sonido del agua, golpeando la costa y los pajonales, se mezcla con el canto de algunos pájaros que vuelan bajito en busca de su nido.
Desde allí, con su uniforme de guardaparques, Mariana Richiarte dice todo en una frase: "Cuando estoy muy enojada o nerviosa miro la laguna y me siento en paz". Con esas palabras le resume a lanacion.com porqué eligió la tranquilidad del pequeño poblado Colonia Carlos Pellegrini, de unos 800 habitantes, ubicado a pocos metros del humedal, y decidió abandonar Ezpeleta, donde nació, se crió y aún viven sus familiares y amigos.
Los Esteros del Iberá constituyen una gran reserva de 1.300.000 hectáreas donde se encuentra el humedal de agua dulce más importante del país. En el Parque Nacional, de unas 500.000 hectáreas, se preservan más de 500 especies de animales vertebrados y más de 4000 especies de plantas autóctonas. El visitante descubre un mundo natural que alberga yacarés, ñandúes, ciervos de los pantanos, carpinchos, boas y cientos de aves. Todo inmerso en paisajes de caminos llanos, ondulaciones de tierra colorada, lomadas arenosas o costas de esteros.
Migraciones internas. La historia de Mariana no es excepcional en la Argentina. El experto en Desarrollo Territorial Fabio Quetglas señala que, desde 2001, existe un fenómeno de migraciones internas en la Argentina. Según explica, esto se produce porque con la salida de la convertibilidad muchas ciudades medianas productoras de materias primas ganaron competitividad con la devaluación y vivieron un crecimiento económico importante. "Ya no valía la pena venirse a Buenos Aires sino que más bien se dieron movimientos de zonas rurales a las ciudades de referencia más próximas", manifiesta.
Y agrega que, por otra parte, existe otro epifenómeno que se da en los últimos años en las clases medias altas de profesionales: por un cierto hastío urbano empiezan a proyectar sus vidas fuera de la gran ciudad. "No hablo del mito de la vuelta al campo, porque la gente se mueve entre ciudades, pero hay una intención sobre todo de los más jóvenes de mirar ciudades intermedias que sean atractivas y que les permitan más naturaleza, fuentes de energía alternativas, alimentación de otra calidad, ofertas culturales diferentes a las establecidas acá", detalla.
Vida al natural. Aunque su atracción por lo natural la acompaña desde niña cuando Mariana conoció el lugar no dudó en cambiar de aire. En febrero de 2007, al terminar la carrera de guardaparques, comenzó un voluntariado allí y desde 2008 que forma parte del plantel.
"Lo decidí de un día para otro, un cambio rotundo. ¿Por qué? Pasé del ruido de los coches a vivir en este lugar", cuenta en pocas palabras. "Mis amigos creen nunca vendrán a visitarme, porque si no tienen el ruido cerca, no están bien...mucho menos con los animales, los impresionan", se diferencia.
Habla pausado, como en sintonía con el medio que la rodea. De a ratos pasa alguna lancha que transporta a sus compañeros desde el muelle hasta el puesto central. No la intimidó ser una de las tres primeras mujeres guardaparques ni estar lejos de su tierra. "Cada tanto me hago mi escapada a Espeleta. Aunque cada vez me cuesta más porque me fui acostumbrando a este ritmo de vida". Y aunque extraña a su familia y amigos su idea es establecerse en Pellegrini. "Cuando vuelvo a Buenos Aires estoy pensando en regresar, es muy fuerte el cambio. Parece que estoy perdida allá".
Con serenidad, pero firmeza, Mariana aclara que su función y la de sus colegas, la mayoría hombres, no es sólo "de policía, como lo ven muchos". Ellos se sienten comunicadores, un nexo entre la naturaleza y la gente para resaltar la importancia de cuidar el medio ambiente. "Trabajamos por vocación, es un estilo de vida con ideales de conservar, para nosotros y las generaciones futuras. Me encantaría que mis hijos disfruten de este lugar como lo hago yo".
A favor de la descentralización 
Fabio Quetglas, magíster en gestión de ciudades, es un enamorado de descentralizar. Piensa que lo ideal para un desarrollo integral sería pensar un país con unas cien ciudades dinámicas, activas en oferta cultural, con diversidad en su base económica, conectadas entre sí. Sin embargo, es un convencido, también, de que esto no se logrará mágicamente, sin políticas públicas.
"Si uno deja al país funcionando en términos mercadistas, lo que va a ocurrir es que siempre será mayor la migración de poblaciones más pobres hacia áreas metropolitanas", señala. Y se explaya en las razones: "Concentramos los subsidios al transporte público en las grandes ciudades, por dar un ejemplo, entonces es más barato manejarse en colectivo acá que en cualquier otra ciudad del país; lo mismo con la oferta universitaria: con un criterio arbitrario tenemos 10 en Buenos Aires y en una enorme cantidad de kilómetros ninguna universidad pública. Contrariamente a esto habría que generar estímulos que potencien las ciudades más pequeñas y así incentiven a su gente a quedarse allí".
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